Tejen sin mirar, no sienten el corazón. Son creadoras de calabozos borrosos. No perciben sus propias trampas porque cada vez que afilan la acción… ponen candados a sus propias maldades. Caerán, caerán, caerán… sin sus patas… Será el fin para los tejidos de invierno.
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Dibujo: Rolando Cruz
Noticias Mi Ciudad