Para muchos fue así: altibajos opacos y entusiastas. Hubo prisa de nuestra parte… y también de otras partes. Celebramos con las cabezas en alto y disfrutamos con nuestro grupo de apasionados. Nos unimos a equipos y juntos levantamos la euforia en medio de un cielo que llamó muchas veces la tormenta.
Fue un año lleno de relámpagos e incertidumbre, pero con buenos pasos. Todo quedó atrás, como si el apagón de nuestros ojos llamara algo nuevo. Nos quedamos con lo afable y evaporamos aquello lacerante. Más de lo mismo ya no pasa por nuestras mentes. Ansias controladas si podemos esperar con gratitud.
Eso sí, que no nos quiten la adoración y veneración porque nuestras vidas seguirán dependiendo de esto. El aliento… el aliento… fue el motor de este año para emprender y respirar el fulgor… con el fresco soplo risueño.
Queremos ser joviales, llenos de empatía y sonrisas para todos los parientes en sociedades sedientas de vida. Ven que te esperamos… Te vestiremos con lo mejor de la realeza y su majestad vendrá a llenarte con los mejores momentos. Es la preparación de eterno bienestar.